Esta semana queremos hablaros sobre una relación clave y necesaria: la del tercer sector con las empresas y su responsabilidad social. Para empezar, hagamos un repaso de cómo ha ido esta relación hasta ahora.

Nuestra sociedad es compleja por la diversidad de organizaciones que coexisten y actúan juntas: administraciones públicas, compañías privadas, ONGs, universidades… Todas ellas tienen voz y construyen la sociedad cada vez de manera más interrelacionada.

La ampliación del entorno geográfico de la migración y los retos medioambientales no se pueden afrontar por una sociedad dividida. Es necesario hacerlo con un modelo social diferente en el que todos los agentes asuman su COrResponsabilidad. En este nuevo modelo social, el tercer sector cobra una gran importancia, sobre todo con las actuaciones de las ONG.

La importancia del tercer sector

Durante los últimos 10 años, han aumentado la credibilidad, influencia y visibilidad de las ONG y el tercer sector en general, además de su apoyo social. Gracias a ello, su presupuesto y capacidad de actuación han crecido también, haciendo que algunas gocen de presencia mundial. Aun así, lo más destacable ha sido la actualización de su modelo de trabajo, el tercer sector está cada vez más profesionalizado y su gestión y gobernanza interna van siendo cada vez más eficientes.

Las ONG y las empresas

La influencia del tercer sector no se centra solo en gobiernos y organismos internacionales, sino que alcanza desde hace décadas al ámbito empresarial.

Anteriormente, la relación entre ONG y empresas se limitaba a que las segundas eran potenciales financiadoras de las primeras. Las organizaciones de activismo, reivindicación o denuncia combaten históricamente las malas prácticas empresariales causadas por la globalización como son la explotación laboral o la especulación. Sin embargo, hoy día, comienza a darse una relación de sinergia y nadie discute que la cooperación entre empresas y tercer sector es una vía indispensable para poder alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Las empresas se nutren de las ideas del tercer sector en constante contacto con la ciudadanía, y las asociaciones y ONGs se benefician de la buena gestión, y la oferta de los productos y servicios responsables que van en consonancia con las necesidades reales de la sociedad. 

Para que esta relación se produzca de manera saludable las ONGs o asociaciones han de ser ágiles en su gestión y toma de decisiones y las empresas, han de aplicar una buena política de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y trabajar por lograr un balance positivo en una triple cuenta de resultados: social-ambiental-económica, es decir, que allí donde tenga alguna actividad productiva, respete los derechos fundamentales y los estándares éticos y medioambientales aceptados en el ámbito internacional aunque no estén jurídicamente reconocidos en ese país.

A través de la creatividad, la innovación social y la suma de fuerzas entre el tercer sector y las empresas, están surgiendo cientos de proyectos cuyo objetivo final es avanzar desde lo local hacia sociedades más justas, prósperas e inclusivas. 

Algunos ejemplos de estas colaboraciones se dan en el ámbito deportivo, cooperación internacional, personas con discapacidad, educación, moda, alimentación, salud …  En nuestro próximo post, veremos algunos casos inspiradores.


Fuentes: http://www.observatoritercersector.org/pdf/publicacions/03_rso_en.pdf

http://elpais.com/diario/2006/01/21/economia/1137798007_850215.html

http://voluntariadoyempresa.hazloposible.org/estudios/4-tipos-de-colaboraciones-entre-empresas-y-ong/

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