El turismo representa el 5% de las emisiones globales, y el alto coste medioambiental en los países receptores propició el nombramiento por parte de la ONU de 2017 como Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo.
El Mediterráneo es uno de los principales destinos turísticos del planeta. Cada año recibe en torno a un tercio del total de los ingresos por turismo y la mitad de las llegadas internacionales. El Mediterráneo, además, es el destino de los mediterráneos y la costa de los europeos. La dimensión del Mediterráneo como destino turístico es un hecho que forma ya parte de su ADN cultural y ambiental. Esta realidad genera un gran impacto económico, pero también una gran presión socio-ambiental que necesita ser gestionada de forma coordinada y estableciendo mecanismos de cooperación internacional para un futuro más sostenible en la Región.
A todo ello, la actual crisis económica de los países euro-mediterráneos, junto con los cambios políticos de los países norteafricanos y del medio oriente tienen consecuencias sobre el sector turístico y la sostenibilidad del turismo en toda la Región.
El debate sobre un turismo sostenible en el Mediterráneo tiene un gran recorrido en diferentes encuentros internacionales que han dado lugar al desarrollo de Declaraciones que sirven para el establecimiento de estrategias políticas de desarrollo del turismo sostenible. En la Declaración de Djerba y la Carta mundial de turismo sostenible, se apuesta por el desarrollo sostenible como único camino hacia un turismo sostenible de calidad, con la participación local como foco principal y se pone el acento nuevamente en la cooperación, en este caso como vía para mantener la cuota de mercado y la competitividad del sector turístico, y considera el turismo como estrategia para combatir la pobreza, crear empleo y ayudar a garantizar la paz en el Mediterráneo.
Por otro lado, desde la Comisión Europea (CE) ha habido un avance en el desarrollo de políticas internacionales para promocionar el turismo sostenible y fortalecer la competitividad de la industria, considerando que “la competitividad de la industria turística está directamente conectada con su sostenibilidad, así como la calidad de los destinos turísticos está fuertemente influenciada su entorno cultural y natural y su integración con la comunidad local”. Fruto de ello, hoy sabemos que un alto porcentaje de los turistas están dispuestos a pagar más por una marca definida como ‘ecoturística’, según el estudio ‘Turismo ecológico y sostenible: perfiles y tendencias’, elaborado por GRIT-Ostelea.
Adicionalmente, la CE ha desarrollado un documento de acción, la “Agenda por un turismo sostenible y competitivo”, estableciendo una serie de principios que modelen un marco político coherente con un turismo sostenible.
La Agenda defiende que “un enfoque sostenible para el turismo va a conducir al desarrollo de productos turísticos de calidad, innovadores y servicios y hacer que los destinos europeos sean aún más atractivos”.
** Más información sobre los retos y oportunidades del turismo sostenible: Turismo y Objetivos del Milenio (OMT)