El agua es un componente esencial de la vida. No solo es para saciar la sed o proteger la salud; sino que el agua es vital para crear empleos y apoyar el desarrollo económico, social y humano.

Hoy en día, hay más de 663 millones de personas que viven sin un suministro de agua potable cerca de sus hogares, pasan innumerables horas haciendo cola o yendo a lugares remotos, y lidian con los impactos en la salud del uso de agua contaminada.

El Día Mundial del Agua coordinado por la ONU se enmarca en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 – garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todas las personas en 2030.

Algunos datos para tomar conciencia

  • A nivel mundial, más del 80% de las aguas residuales generadas por la sociedad vuelven al ecosistema sin ser tratadas o reutilizadas. (Sato et al, 2013)
  • 1.800 millones de personas usan una fuente de agua potable contaminada, lo que las pone en riesgo de contraer cólera, disentería, tifus y polio.
  • El agua contaminada, el saneamiento deficiente y la falta de higiene causan alrededor de 842.000 muertes cada año. (OMS / UNICEF 2014 / OMS 2014)

2018: La Naturaleza del Agua

Las soluciones basadas en la naturaleza tienen el potencial de resolver muchos de nuestros desafíos relacionados con el agua.



Las oportunidades de explotar las aguas residuales como recurso son enormes. Las aguas residuales gestionadas de forma segura son una fuente asequible y sostenible de agua, energía, nutrientes y otros materiales recuperables. El tema de este año explora cómo podemos usar la naturaleza para superar los desafíos del agua del siglo XXI.

El daño ambiental, junto con el cambio climático, está impulsando las crisis relacionadas con el agua que vemos en todo el mundo. Las inundaciones, la sequía y la contaminación del agua empeoran con la degradación de la vegetación, el suelo, los ríos y los lagos. Cuando descuidamos nuestros ecosistemas, hacemos más difícil proporcionar a todos el agua que necesitamos para sobrevivir y prosperar.

Es necesario trabajar hacia el desarrollo e implantación de infraestructuras ‘verdes’: plantación de nuevos bosques, reconexión de los ríos con las llanuras de inundación y restauración de los humedales que puedan reequilibrar el ciclo del agua y mejorar la salud humana y los medios de subsistencia.

 

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